Solomillo

Solomillo es el nuevo restaurante del Hotel Alexandra, donde solamente se sirve Solomillo al peso, uno de los cortes de carne más nobles. En este restaurante el comensal lo elige todo: la raza, el gramaje, el punto de la carne, el punto de cocción, y la guarnición. Una fórmula sencilla y novedosa que permite fácilmente compartir, repetir y probar varios tipos de carne.

El restaurante, situado dentro del Hotel Alexandra, tiene una puerta independiente para atraer más fácilmente a la gente local, que a veces se siente cohibida a la hora de entrar en un hotel. El restaurante se divide en dos plantas muy diferenciadas: a pie de calle nos encontramos con «La Charcutería«, donde ofrecen embutidos de primerísima calidad y algunos quesos. Una zona de barra invita a disfrutar de estos productos locales acompañados de una copa de vino a cualquier hora del día.

La planta superior, decorada algo más clásica, se inspira en una brasserie parisina, con asientos de piel y madera, y una luz tenue e íntima. La carta de Solomillo se compone básicamente de carne de solomillo y algunos acompañamientos. Nada más. Una idea gastronómica dirigida por Enrique Valentí (al igual que Casa Paloma o Chez Cocó) que en esta ocasión ha querido centrarse en un solo producto para ofrecer la mejor calidad.

Entrantes para compartir: Media ración de jamón canario, media tabla de jamón ibérico Joselito, secallona (que forma parte de la tabla de embutidos catalanes) y coca de cristal con tomate. Los embutidos son de la zona de «La Charcutería«, aunque también se pueden pedir desde el restaurante Solomillo.

Frisian (la más sabrosa) y patatas fritas. Sin duda nuestra carne favorita, por su sabor suave y su textura.

Rubia Gallega (la más intensa) y alcachofas salteadas. Se trata de la carne más intensa de la carta, con un sabor ahumado que recuerda al embutido. Una carne deliciosa pero que recomendamos en pequeñas cantidades por su fuerte intensidad.

Las carnes y sus acompañamientos los podemos acabar de vestir con una gran variedad de salsas, muy sabrosas. En nuestro caso nos decantamos por la Bearnesa y Café de Paris. Ideales para mojar la carne y también las patatas fritas.