Chez Cocó

De un local situado en plena Avenida Diagonal, donde durante años hubo una floristería, ha florecido (valga la redundancia) un nuevo Restaurante llamado Chez Cocó, que recoge con mucho arte la esencia de las rôtisseries francesas. Su responsable no es otro que Enrique Valentí, lo conoceréis por Casa Paloma, del que os hablamos hace un tiempo ¿Recuerdas? (Haz click aquí).

Desde sus grandes ventanales y a pié de calle, podemos vislumbrar el rincón donde se cuece todo; la cocina, con sus grandes broches donde se asan los pollos a la Brese y las enormes ollas y cazuelas en color cobre que cuelgan del techo. Una vez dentro, lo que llama fuertemente la atención son las vitrinas repletas de pasteles «obra» del reconocidísimo Escribà (lo que te lleva a concienciarte de la importancia de dejarse un hueco en el estómago para los postres…).

El interiorismo lo firma Lázaro Rosa-Violán. El estudio, que también fue el encargado de la decoración de Casa Paloma, en esta ocasión ha optado por una decoración recargada, muy afrancesada, con suelos en diferentes mosaicos, grandes cristaleras (aprovechando los altísimos techos del local) y unos sillones que recuerdan al Orient Express.

Uno de los mayores «lujos» de este restaurante es el jardín interior; cubierto por una red repleta de lucecitas que hacen que te sientas a tocar de las estrellas.

Al abrir la carta te encuentras una breve lista de propuestas compuesta principalmente de pequeños platos como entrantes (nosotros fuimos 4 y compartimos la sobrasada de Can Rovira y el hummus) todos ellos excelentes, raciones más que razonables y con una presentación digna de ver (nos recordó a los utensilios de una casita de muñecas). Como plato principal pedimos dos pollos tomateros, uno picante y otro con hierbas ¡ambos estaban de escándalo! y los completamos con unas verduritas al vapor, espinacas frescas y un sofrito con queso gratinado.

Caldo de pollo / Buñuelos de bacalao / Ensalada / Paté

Pollo a la cerveza y patatas fritas / Pollo picante con espinacas

Cheese cake con mermelada de frutos rojos

Tienen una selección bastante amplia de vinos, nosotros decidimos acompañar la cena con un Ribera del Duero (PRUNO, Villacaceres 2009) muy recomendable y con un precio correcto La relación calidad/cantidad – precio notable (Aprox. 30€ por persona)

Conclusión… Quien diga que comer pollo no es chic… ¡SE EQUIVOCA! :)